¿Cómo prepararnos para la astenia otoñal?
El final de las vacaciones y la vuelta a la rutina, no solo supone el fin del periodo estival, sino que trae consigo una disminución de las horas de luz, un descenso de las temperaturas y da comienzo al otoño. Este cambio estacional trae consigo la astenia otoñal, cuyos principales síntomas son la fatiga y una debilidad generalizada.
La astenia otoñal está causada por la aclimatación del cuerpo a la nueva estación, al frío y a la reducción de las horas de luz y tiene una especial incidencia en las mujeres. Esta alteración se manifiesta con síntomas tanto físicos como psíquicos: debilidad generalizada, somnolencia, cansancio físico, bajo estado de ánimo, dificultad para la concentración, apatía e irritabilidad. Además, también puede causar falta de apetito, disminución de la libido e incluso una bajada de las defensas, haciéndonos más vulnerables a catarros e infecciones.
"La disminución de las horas de luz, de la presión atmosférica y de las temperaturas influyen en nuestro cuerpo, pudiendo llegar a afectar a nuestra salud. Por ello resulta vital seguir esas pautas alimenticias adecuadas, que deberíamos seguir siempre, pero que solemos perder durante el verano. Con la ayuda de unos hábitos nutricionales saludables tendremos un organismo fuerte que nos hará más resistentes a este tipo de cambios", afirma el Dr. Julián Álvarez, especialista en Medicina Deportiva, nutricionista y miembro del Consejo Asesor de Herbalife. Con su ayuda te damos esta serie de pautas para plantarle cara al cambio de estación.
1.CUIDAR LA NUTRICIÓN
La pauta esencial es llevar una alimentación variada y equilibrada que incluya todos los nutrientes esenciales y garantice un buen funcionamiento de todo el organismo para darle a nuestro cuerpo lo que necesita cuando lo necesita. Gracias a una correcta nutrición, se puede mantener una adecuada producción de neurotransmisores, capaces de regular nuestras emociones y nuestro estado de ánimo. Asimismo, en la nutrición está la clave para hacer frente a la astenia otoñal, los catarros, la gripe y a esa depresión postvacacional. ¡La vitamina C no puede faltar este otoño!
2.CONSUMIR PRODUCTOS ESTACIONALES
Con la industrialización y la posibilidad de disponer de casi cualquier producto a lo largo de todo el año, nos hemos olvidado de lo que son los productos estacionales. Por ello, deberíamos reeducarnos para consumir los alimentos propios de la temporada, ya que son los que se van a encontrar en su momento óptimo de consumo y además a un mejor precio. Durante el otoño destacan frutas como las naranjas, las chirimoyas o los caquis; verduras como las calabazas, coliflores o lombardas; y las castañas, entre otros alimentos.
3.PRACTICAR EJERCICIO FÍSICO
Estar en forma es esencial para llevar un estilo de vida saludable pero, ahora más que nunca necesitamos mantenernos activos para no caer en las redes de la astenia otoñal. Además, la actividad física aumenta la secreción de hormonas que nos ayudan a sentirnos mejor y a relajarnos y que fomentan la producción de la libido. "Como el tiempo es uno de nuestros mayores enemigos a la hora de llevar una vida sana, si no podemos dedicarle horas a ir al gimnasio o a entrenar, podemos optar por fraccionar ese entrenamiento y hacerlo en casa o en la oficina. Con elásticos, pequeños pesos o subiendo y bajando escaleras y aprovecharemos que esos entrenamientos son más cortos para hacerlos más intensos", aconseja el Dr. Julián Álvarez.
4.RESPETAR LOS CICLOS DE SUEÑO
El estilo de vida agitado y acelerado hace que en nuestro día a día prescindamos de parte de nuestro tiempo de sueño y no cumplamos los ciclos recomendados, tan necesarios para que tanto nuestro cuerpo como nuestra mente descansen. Establecer horarios fijos para acostarnos y levantarnos es una recomendación clave a seguir para respetar el mínimo de 8 horas diarias de sueño. Dormir, a ser posible a pierna suelta, es el mejor antídoto contra los cambios de humor repentinos y contra el mal humor provocados por la astenia otoñal.
5.REALIZAR ACTIVIDADES ESTIMULANTES
La vuelta a la rutina y al trabajo la debemos afrontar como algo estimulante. Además, marcarnos objetivos y desafíos que queremos cumplir ayuda a sentirnos mejor con nosotros mismos. Por ello, plantearse actividades estimulantes, como participar en un triatlón o establecer un reto físico, es la mejor forma de incentivarnos.
Fuente: Europa Press
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