El uso de los venenos en la cosmética

Tratamientos de la piel

La picadura de abeja, el cianuro de serpiente y la savia del árbol “Sangre de dragón” son el nuevo bótox. Podrían guardar el secreto de la eterna juventud….!El definitivo!

Quizá los pinchazos de ácido hialurónico o las microinyecciones de toxina botulínica para borrar las líneas de expresión podrían tener los días contados. ¿Sus sustitutos? Proceden de la naturaleza.  En concreto, de la saliva de las víboras, del jugo segregado por el árbol conocido como “Sangre de dragón” y del líquido que liberan las abejas cuando nos pican.

Picaduras rejuvenecedoras

Los beneficios saludables que se extraen de la sustancia que sale del pinchazo de las abejas se aplican desde hace años en el tratamiento de la artritis reumatoide y de la esclerosis múltiple. Su uso en la cosmética es bastante reciente.

Fue Catalina de Cambridge, esposa del príncipe Guillermo y futura reina de Inglaterra, quien lo popularizó. Para su boda, acudió a uno de los centros de belleza de la ex reina británica Deborah Mitchell, recomendada por su suegra Camilla. Catalina lució una piel espectacular.

Pero Kate no ha sido la única en invertir en el poder rejuvenecedor de la picadura de abeja; la lista de celebrities que la han probado es larga: Kilye Minogue; Victoria Becham, Gwyneth Paltrow o Claudia Schiffer son fans declaradas de este elíxir.

Principios activos del veneno

Nunca hubiéramos pensado que las abejas, además de ser productoras de miel, acabarían ocupando un lugar destacado en la cosmética antiarrugas. Por ello, cada vez son más las firmas que comercializan cremas, mascarillas y sérums de esta “pócima milagrosa”

Con otro veneno, el de serpiente, ya ocurrió lo mismo. Los productos elaborados a partir de una toxina del líquido que segrega una víbora cuando ataca han cosechado excelentes resultados como agentes lifting, mejorando la elasticidad y la hidratación del rostro.

¿Sangre de Dragón?

Se trata de la resina roja que se extrae del árbol “Sangre de dragón”, una especie autóctona y centenaria procedente de la isla de Socotra, en Yemen, en el Océano Índico. Esta savia, aplicada a la cosmética, potencia la firmeza de la piel, borra los pliegues del rostro e incluso potencia la firmeza en la zona de los pómulos.

Si el nombre del principio activo nos suena raro, tampoco es de extrañar que la primera famosa en reconocer que tenía un cutis de porcelana gracias a esta sustancia fuera la excéntrica Lady Gaga. La cantante dice que no se va a la cama sin darse su toque mágico de “Sangre de dragón”

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