Qué se debe saber del ejercicio físico cuando se tiene diabetes

Diabetes y ejercicio

El ejercicio físico es tan importante como la medicación y junto con la dieta forman parte del tratamiento para las personas con diabetes. Estos son algunos beneficios del ejercicio físico.

- Disminuye el nivel de azúcar en la sangre durante y después del ejercicio.

- Ayuda al cuerpo a utilizar mejor la insulina. Reduce la medicación a tomar

- Reduce la tensión arterial.

- Contribuye a que el corazón y la circulación mejoren.

- Permite reducir peso junto con la dieta.

- Reduce los niveles de colesterol y de otras grasas.

- Mejora el estreñimiento.

- Fortalece los huesos, músculos y tendones.

- Nos hace sentir mejor, alivia el estrés y las tensiones.

Cualquier tipo de ejercicio es bueno, desde una caminata diaria de unos treinta minutos hasta la práctica de deportes en equipo, pero lo más importante es que se practique periódicamente (cada día es ideal pero tres veces a la semana como mínimo está bien). Cambiar los hábitos puede ser muy difícil para algunos y ver los efectos puede llevar meses, pero tomar la decisión y empezar ya redundará en muchos beneficios para la salud y el bienestar emocional, para esto es necesario conocer algunos aspectos sobre el ejercicio y la diabetes.

¿Qué ocurre durante el ejercicio?

La insulina es una hormona que produce el páncreas. Cuando se ingieren productos que contienen azúcar e hidratos de carbono, los niveles de azúcar en la sangre aumentan, lo cual es perjudicial para los vasos sanguíneos, la insulina hace que las células absorban y almacenen el exceso de glucosa en la sangre y lo almacenan como reserva (glucógeno) que será liberada en forma de combustible cuando el cuerpo lo requiera.

Durante la práctica del ejercicio se produce un aumento del consumo del combustible por parte de los músculos. Durante los primeros treinta minutos los músculos consumen la glucosa de sus depósitos de glucógeno. Una vez agotados dichos depósitos, pasa a consumir glucosa de la sangre, luego se establece un suministro de combustible directo desde el hígado que también produce glucosa hasta la sangre y de la sangre al músculo.

Si el ejercicio se prolonga se obtiene combustible de las grasas.

Frente a un ejercicio prolongado y por el suministro directo de glucosa a la sangre por el hígado, el organismo disminuye la producción de insulina.

Para las personas con diabetes, esto puede tener algunos efectos colaterales. Por ejemplo, si el cuerpo no tiene suficiente insulina para utilizar la glucosa liberada durante la práctica de ejercicio, la glucosa permanece en la sangre, lo que provoca concentraciones elevadas de azúcar en sangre. Esto recibe el nombre de hiperglucemia.

El hecho de que el cuerpo necesite más glucosa durante la práctica de ejercicio también puede hacer que descienda excesivamente la concentración de azúcar en sangre (lo que se denomina hipoglucemia). La hipoglucemia puede ocurrir cuando el cuerpo utiliza todo el azúcar almacenado, lo que implica que no queda más glucosa por liberar cuando la necesitan los músculos.

La importancia de una revisión médica antes de empezar con una rutina de ejercicio físico.

Por esto es muy importante que se consulte con el médico para hacer un chequeo antes de iniciar cualquier ejercicio físico. El médico indicará qué cambios se deberían introducir en un plan de control de la diabetes, sea en cuándo se ha de comprobar la  concentración de glucosa en sangre y/o en la pauta de medicación, mientras se realice la práctica de algún ejercicio o deporte.

Ejercicios recomendables

Actividades aeróbicas, como caminar, trotar, remar, nadar, pedalear, correr y subir escaleras.

Ejercicios con sobrecarga (con pesas) que ayudan a quemar calorías, sobre todo aquellos que utilizan grandes grupos musculares.

Es posible que el médico prohíba la ejecución de algunos deportes que conlleven riesgo de lesiones como el alpinismo, escalar, etc.

Para comenzar

- Camina con paso rápido y utiliza los brazos para darte impulso.

- Si te duelen las extremidades es mejor montar en bicicleta, nadar o remar.

- Sube escaleras de forma continua durante al menos 10 minutos.

- Actividades aeróbicas

- Remar o pedalear al aire libre o en el gimnasio durante 20 minutos.

- Actividades no aeróbicas

- Pesas haciendo ejercicios de grandes grupos musculares.

- Prensa en máquina (en el gimnasio): utilizarás tanto la musculatura de las piernas, cuádriceps, isquiotibiales y de la cadera, como los glúteos.

- Polea al pecho: utilizarás la musculatura de la espalda.

Es importante:

Al empezar: calienta con ejercicios suaves durante unos 5 minutos a intensidad baja.

Al terminar: haz ejercicios de estiramientos durante 5 minutos a intensidad baja.

Elige el ejercicio aeróbico que más te guste: Caminar, correr, bicicleta, natación, remo, esquí de fondo, patinar...

Atención: los ejercicios como correr, saltar o bajar escaleras se denominan ejercicios de impacto.  Aumentan el riesgo de sufrir lesiones en personas con sobrepeso, sedentarias o de edad avanzada.

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